Reclama atención al Sergas y a una mutua.

Es un error común de muchos trabajadores acudir al médico de familia, tras una patología relacionada con el trabajo(sobre todo musculoesquelética) y aceptar el alta de la Mutua, que les deriva a la Seguridad Social, cuando deben seguir siendo tratados de la patología laboral, sus secuelas o enfermedades o daños originados durante el tratatmiento.

Insiste en que ya no sabe a dónde acudir para curarse.

Reclama atención al Sergas y a una mutua.
Aporta documentos, dice que su infección derivó de un accidente de trabajo.
«Patología laboral resuelta», certificó el facultativo de la mutua de la empresa de trabajo temporal que la contrató.
No reclamó en plazo, aunque después apeló a la mutua y al Servizo Galego de Saúde.

No está de acuerdo con que la mutua considere que su problema no es laboral y, por tanto, no le compete.
Tampoco acepta que su médico de familia le responda, según sus propias palabras, «que o problema ten que arreglalo quen o causou». Afirma que la flebitis le apareció «supuestamente por alguna medicación» que le prescribió la mutua por una lesión que sufrió mientras trabajaba de reponedora en un supermercado de Viveiro.

Llevaba 18 días en el puesto, cuando, levantando dos garrafas de cinco litros de agua, se «resintió de la espalda» y le diagnosticaron «esguinces y torceduras de hombro y brazo superior derecho».
Acudió al centro de salud de Viveiro, pasando después a depender de la mutua.
Atribuye a un antiinflamatorio la flebitis que, dos meses después de lesionarse, le aparece en su pierna derecha.
Cuarenta días después, el médico de la mutua concluye que el problema del brazo y del hombro están curados, pero continúa tratándola de la flebitis diez días más.
A los cuatro meses de la lesión, le da el alta, con «tratamiento de su patología no laboral» a cargo de la sanidad pública.
Cuenta que la empresa la despidió el mismo día de la lesión y que no ha cobrado por incapacidad.

PREVENCION de RIESGOS LABORALES