El juez fija una indemnización de 560.000 euros y critica el exceso de trabajo
Un tribunal de Japón ha condenado al fabricante de automóviles Mazda, a indemnizar con 560.000 euros a los padres de un empleado que se suicidó en 2007 tras entrar en una depresión por exceso de trabajo.
El juez entiende que Mazda debió velar por la salud de su empleado, que no recibió apoyo de sus superiores cuando tuvo que ampliar la jornada laboral por problemas en los negocios con los clientes. El padre del fallecido hizo público un comunicado en el que insta a Mazda a pedir disculpas. |
"El trabajo que estaba haciendo inmediatamente antes del suicidio era excesivo, tanto desde el punto de vista de la calidad como de la cantidad, por lo que el suicidio es atribuible al trabajo", asegura el juez.
Aquí aún tendría Mazda al Tribunal Supremo.
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