25 abr 2011

Las tiendas de barrio dan las últimas boqueadas

Tras el mostrador de la tienda de ultramarinos de Lorenzo Santos, dos básculas descansan en el suelo ocupando casi toda la pequeña trastienda. Una de ellas, blanca, como salida de un capítulo de Cuéntame, tiene pegados viejos adhesivos infantiles, de esos que se regalaban hace décadas con los chicles o los helados.
La otra, dorada, majestuosa, más antigua todavía, anuncia en su pantalla que puede pesar hasta 20 kilos. 'Lo que no sé es dónde la vamos a poner en casa. Nos la llevaremos al pueblo', dice Paqui Férez, la mujer de Lorenzo y, junto a él, única empleada de Alimentación Santos. 'Y a ver cómo nos llevamos las pesas, que son enormes'.

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