El director general de Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales de la Junta de Castilla y León, Miguel Ángel Mediavilla, destacó en Segovia la importancia en reducir los accidentes de trabajo en el sector alimentario.
La jornada se centró en el sector alimentario por tratarse de una actividad muy importante que agrupa 3.000 empresas y 65.000 empleos” en Castilla y León.
La jornada se centró en el sector alimentario por tratarse de una actividad muy importante que agrupa 3.000 empresas y 65.000 empleos” en Castilla y León.
Los factores biológicos tienen una gran trascendencia en cuanto a enfermedades profesionales y su repercusión. Tal como señaló, estos días se ha puesto en evidencia que determinadas bacterias y virus en el proceso de trabajo “pueden tener consecuencias nefastas para los trabajadores, y por tanto un riesgo importante que no es apreciado por los propios trabajadores y empresas en un porcentaje alto”.
El director general recordó que los riesgos biológicos son más altos en en la actividad primaria, sobre todo en la ganadería, “pero debe tenerse en cuenta también en la industria agroalimentaria”.
Ante los cerca de 60 empresarios, técnicos y trabajadores del sector que participaron en la jornada, reconoció que la industria agroalimentaria “se ha modernizado mucho, está en una búsqueda permanente de la excelencia, y es puntero; pero tiene un margen de mejora desde el punto de vista de los riesgos laborales”.
En esta línea dijo que aún es preciso trabajar para reducir el índice de incidencia actual, de 69 accidentes por cada mil trabajadores ocupados. Según dijo, “es un índice superior a la media de todo el sector industrial, y casi un 75 por ciento más que en el de todos los sectores”. “Se trata de una actividad en continuo progreso, pero en el que todavía hay capacidad de prosperar y mejorar las condiciones”, resumió.
El director general recordó que los riesgos biológicos son más altos en en la actividad primaria, sobre todo en la ganadería, “pero debe tenerse en cuenta también en la industria agroalimentaria”.
Ante los cerca de 60 empresarios, técnicos y trabajadores del sector que participaron en la jornada, reconoció que la industria agroalimentaria “se ha modernizado mucho, está en una búsqueda permanente de la excelencia, y es puntero; pero tiene un margen de mejora desde el punto de vista de los riesgos laborales”.
En esta línea dijo que aún es preciso trabajar para reducir el índice de incidencia actual, de 69 accidentes por cada mil trabajadores ocupados. Según dijo, “es un índice superior a la media de todo el sector industrial, y casi un 75 por ciento más que en el de todos los sectores”. “Se trata de una actividad en continuo progreso, pero en el que todavía hay capacidad de prosperar y mejorar las condiciones”, resumió.
Acciones formativas.- Seis millones de euros.
Para los seis primeros meses de este año existe una partida de seis millones de euros, y que atiende a un acuerdo con los agentes sociales, y que tiene como objetivo enlazar el plan de cuatro años anteriores con otro acuerdo marco para los próximos.
En total, se han puesto en marcha más de 1.500 acciones de todo tipo.
La Oficina Territorial de Trabajo de la Junta fue la encargada de organizar la jornada de ayer, que abrió el jefe de la Oficina de Segovia, Eugenio Hurtado. Las ponencias corrieron a cargo del técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales del ITACYL, Rafael Ramos Sánchez, y del médico especialista en Medicina del Trabajo, Constantino García. Los temas tratados fueron la vigilancia de la salud a través de la aplicación del protocolo de vigilancia específica de agentes biológicos, la identificación de los riesgos biológicos en las industrias alimentarias y las medidas de prevención y protección frente a dichos riesgos.
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