Un portavoz de este organismo dijo que las autoridades niponas estudian ahora cómo proteger el ballenero japonés Nisshin Maru , el retorno del que estaba previsto para marzo, si bien no confirmó si el barco avanzará su regreso.A pesar de ello, la organización ecologista Greenpeace aseguró que el Nisshin Maru "devolverá" en Japón, pero que la razón no es el acoso de los activistas, sino que la campaña de la flota ballenera nipona ya no es rentable. ECOLOGIA |
Japón lleva a cabo anualmente, entre los meses de diciembre y marzo, una campaña de caza de cetáceos en la Antártida con supuestos fines científicos que, según los grupos ecologistas, esconde motivos puramente comerciales.
Las capturas de la flota japonesa, que tiene una cuota anual de unos mil cetáceos, fueron en la pasada campaña de sólo 507 ballenas minke o rorcuales aliblanco, lo que la Agencia de Pesca nipona atribuyó a las actividades de "obstrucción" de Sea Shepherd.
En Sydney, los ecologistas aseguraron que este año ha realizado su mejor campaña contra los balleneros japoneses en la Antártida, ya que hasta ahora sólo han podido capturar entre 30 y 100 cetáceos.
Japón abandonó la caza de ballenas en 1986 por la moratoria impuesta a nivel internacional, pero la retomó en 1987 alegando motivos científicos, entre las críticas de numerosas asociaciones y países.
Japón suspende la caza de ballenas en la Antártida
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