Aunque la normativa de prevención de riesgos laborales dista un mundo de lo que fue antaño, los oficios de chorreador y calafate continúan siendo de los más expuestos en la industria en general, y en la naval principalmente.
En el Centro Tecnológico Naval (CTN), han desarrollado un robot que puede mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo de estos profesionales. Muchos de los procesos de chorreo con granalla (granos menudos de metales) y pintado se siguen realizando manualmente, lo que supone un rendimiento muy bajo, un riesgo para el medioambiente y para la salud de los trabajadores.
El granallado es uno de los métodos más potentes de limpieza y preparación de superficies.
Esta técnica se ha convertido en un proceso imprescindible, ya que de ello depende la adhesión de la pintura y su durabilidad.
La nueva máquina es capaz de posicionarse no solo frente a cascos de barcos, sino sobre tuberías o aerogeneradores, lanzando a presión la granalla que elimina la suciedad. Además del beneficio para los trabajadores, el robot reduce hasta en un 75% los costes.
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