AVILES: El joven intoxicado en una draga del puerto se encuentra en 'muerte vegetativa'

Los facultativos consideran la situación irreversible y sus dos compañeros reciben el alta médica 

Antonio Buenaventura Orta, permanece ingresado en el Hospital San Agustín en estado de 'muerte vegetativa', como consecuencia de la asfixia, al respirar aire pobre en oxígeno, que sufrió el lunes mientras realizaba labores de mantenimiento en la draga 'Josefa Pérez', una de las dos que trabajan en las obras de ampliación del Puerto de Avilés. 

Los otros dos trabajadores que también resultaron heridos en el mismo accidente, recibieron el alta médica tras pasar la noche en observación.

Antonio Buenaventura continúa ingresado en la Unidad de Vigilancia Intensiva del Hospital, si bien los facultativos consideran imposible cualquier atisbo de recuperación. «Se encuentra en muerte funcional».

Las causas del accidente siguen sin esclarecerse. 

Personal de Inspección de Trabajo se personó ayer en la Dársena de San Agustín, donde permanece amarrada la draga. 

Según informó un portavoz, la tarea se limitó a una inspección ocular. La declaración de los dos compañeros de Buenaventura Orta que también resultaron intoxicados en el mismo accidente será clave, «pero en estos momentos no se encuentran en condiciones de hablar. Ambos están conmocionados», añadió el portavoz de Inspección de Trabajo.

El accidente tuvo lugar alrededor de las tres y media de la tarde del lunes. Buenaventura Orta se introdujo en una cámara, un tanque estanco que se llena y se vacía de agua según el criterio del capitán de la draga, con el fin de mejorar su flotabilidad. En ese momento, el tanque se encontraba, lógicamente, seco.

El problema estaba en la atmósfera. La concentración de oxígeno en el aire era muy pobre, un 10%, según las mediciones realizadas por Bomberos de Asturias, cuando el mínimo necesario para respirar con normalidad es el 21%.

Buenaventura Orta apenas tardó unos segundos en desvanecerse. 

Uno de sus compañeros, Juan José Rodríguez Pérez, se percató de la situación y se introdujo en el tanque con intención de ayudarle. 

Poco después, también caía inerte, intoxicado por respirar aire tan empobrecido. 

Fue Juan Carlos Pedreguerea quien consiguió rescatar a las dos víctimas, sirviéndose de un equipo de respiración autónomo.

A partir de ahí, los servicios de emergencia entraron en acción. 

Los bomberos consiguieron desembarcar a Buenaventura Orta, ya en parada cardiorrespiratoria, y los sanitarios consiguieron llevarle al hospital con un hilo de vida.

El primer pronóstico ya calificó su estado de «muy grave». 

Ayer, los médicos corroboraron su muerte cerebral.

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