Los trabajadores, en sus puestos hasta el último momento, recogieron su finiquito uno a uno
J. A. G.
Los trabajadores de la plantilla de World Wide Tobacco España se despidieron ayer de su centro de trabajo prácticamente de uno en uno. A medida que finalizaban sus tareas subían a las oficinas donde el jefe de personal les entregaba la documentación y el finiquito. Finalmente eran recibidos en su despacho por el consejero delegado. Vicente Sánchez les entregó individualmente el cheque con la indemnización, aparte del salario hasta el día 27.
Un total de 87 trabajadores fijos y fijos discontinuos, a cuenta gotas, fueron abandonando así las instalaciones fabriles. No sonaron sirenas ni hubo más despedidas que la ceremonia del finiquito por la que pasaron todos los empleados. El único acto que recordó lo sucedido en los últimos meses y en los últimos años fue breve y sentido. Los trabajadores hicieron un pequeño regalo a los miembros del comité de empresa y la emoción por los buenos y los malos momentos terminó por aflorar amargamente. «Es un día triste y de sentimientos enfrentados», explicó el secretario provincial de Comisiones Obreras, Eugenio González, que permaneció junto al comité de empresa durante toda la mañana y abandonó con sus integrantes las instalaciones casi a las cuatro de la tarde.
Los trabajadores de la plantilla de World Wide Tobacco España se despidieron ayer de su centro de trabajo prácticamente de uno en uno. A medida que finalizaban sus tareas subían a las oficinas donde el jefe de personal les entregaba la documentación y el finiquito. Finalmente eran recibidos en su despacho por el consejero delegado. Vicente Sánchez les entregó individualmente el cheque con la indemnización, aparte del salario hasta el día 27.
Un total de 87 trabajadores fijos y fijos discontinuos, a cuenta gotas, fueron abandonando así las instalaciones fabriles. No sonaron sirenas ni hubo más despedidas que la ceremonia del finiquito por la que pasaron todos los empleados. El único acto que recordó lo sucedido en los últimos meses y en los últimos años fue breve y sentido. Los trabajadores hicieron un pequeño regalo a los miembros del comité de empresa y la emoción por los buenos y los malos momentos terminó por aflorar amargamente. «Es un día triste y de sentimientos enfrentados», explicó el secretario provincial de Comisiones Obreras, Eugenio González, que permaneció junto al comité de empresa durante toda la mañana y abandonó con sus integrantes las instalaciones casi a las cuatro de la tarde.
Ver completo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante ...