Los destructivos efectos del tsunami de Japón han roto todos los esquemas de seguridad nuclear de un país que ha construido sus plantas atómicas a prueba de seísmos.
De hecho, las dos unidades ahora en situación crítica, el 1 el 3 de la central nuclear de Fukushima-Daiichi, que cuenta con media docena de reactores, superaron el maremoto de 8,9 grados en la escala de Richter que desencadenó el posterior tsunami, pues la falta de fluido eléctrico que permite refrigerar el reactor fue sustituido de forma automática por generadores de diésel. Pero la ola mortífera que le siguió destruiría también este sistema alternativo, por lo que el recalentamiento del núcleo sin posibilidad de enfriamiento ha llevado a la fusión del núcleo, en todo o en parte, según informaciones transmitidas ayer.Si se ha detectado cesio en la atmosfera, tal como se ha reconocido oficialmente, "es porque se han fundido parte de las barras que contienen el uranio".
Aunque el suministro eléctrico se logró recuperar, la refrigeración se ha tenido que abordar de una forma insólita para evitar una reacción en cadena del núcleo: con agua de mar boricada, que, en cualquiera de los casos, inutilizará definitivamente los reactores enfriados con ella.
Además, según reconoce la operadora de la central, Tepco, ha sido necesaria la emisión de gases radiactivos (venteo) para evitar una explosión. El viejo reactor número 1 comenzó a funcionar hace ahora 40 años (el 26 de marzo de 1971) y, al parecer, había recibido permiso para operar otros 10 años.
Se trata de uno de los 20 reactores que aún funcionan en Japón de los llamados de segunda generación, que funcionan con agua en ebullición, como es el caso de la central española de Santa María de Garoña.
Otra cuestión muy grave, de la que no hay noticias, es la del estado de las piscinas que albergan el combustible gastado (residuos radiactivos), que están justo encima de los reactores y necesitan también refrigeración.
Además del incidente de Fukushima, las autoridades japonesas declararon ayer el estado de emergencia en otra planta, "por el elevado índice de radiactividad" que se había detectado en la zona, según informó la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Carmen Monforte - 13/03/2011
IAEA Se frena la ofensiva pro nuclear en Europa.
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