Los accidentes de tractor provocan cada año varios muertos y heridos en Asturias y en el resto de España. Habitualmente, no se contabilizan en los balances de siniestros de circulación porque la mayor parte se producen dentro de una finca particular. En algunos casos se registran como accidente laboral y forman parte de una difusa estadística. En otras ocasiones, ni siquiera eso, porque algunas muertes se consideran directamente como accidente doméstico.
Conducir un tractor es uno de los principales riesgos que corren los ganaderos a diario. El vehículo es un «todo terreno» que igual se emplea para sembrar que para segar los prados. Por eso en los últimos años se ha puesto de moda la formación como la que imparte en el occidente de Asturias un técnico en prevención de riesgos laborales del sindicato COAG.
Uno de sus alumnos más jóvenes confiesa que lleva un tractor desde los 8 años. A esa edad la Guardia Civil los paró a él y a un primo de 11, cuando llevaban comida a sus padres que trabajaban en una finca.
Reconoce que lo peor que se puede hacer en el tractor es confiarse.
«Es como llevar un coche, pero más pesado y lento de movimientos», asegura.
El tractor que él conduce, tiene 5 años y tiene diez velocidades.
Alcanza un máximo de 30 por hora, pero aún así un descuido con las marchas o los frenos puede ser mortal.
Las precauciones comienzan con el acceso al vehículo. «Debe ser procurando no tropezar con el techo de la cabina». La de su tractor está sin puertas laterales, práctica habitual, pero poco recomendable.
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