23 jul 2011

ALCOY. Falta de seguridad impide que mercancías peligrosas puedan utilizar los túneles de la autovía

Un camión pasa por debajo de los túneles de la autovía por el actual trazado de la N-340, que los de mercancías peligrosas no podrán emplear.

 PASKUA
La falta de medidas de seguridad adecuadas en los túneles del último tramo de la autovía central entre Alicante y Valencia que pasa por Alcoy, el del Barranc de la Batalla, obligará a desviar el tráfico de mercancías peligrosas por la N-340.
Esta situación ha sido denunciada por el grupo ecologista alcoyano La Carrasca, que exige a Fomento que haga las reformas necesarias en los pasos, con el fin de facilitar la circulación de los vehículos. 
Para el colectivo, el desvío por la carretera nacional no es una alternativa, porque, aseguran, que "en el tramo de la N-340, el río Molinar carece de toda protección", lo que podría suponer problemas para el acuífero. De hecho, el problema que se genera con los túneles obligará a estos transportes a salir de la autovía y volver a entrar, siguiendo la misma ruta que en la actualidad.
Los túneles del último tramo de la autovía A-7 por el interior, el del Barranco de la Batalla, no cumplen con la normativa de seguridad correspondiente a las mercancías peligrosas, lo que supondrá desviar hacia la N-340 a los camiones que transportan este tipo de productos. 
El grupo de ecologistas de Alcoy La Carrasca ha denunciado la falta de medidas y ha exigido a Fomento que realice "las obras de drenaje necesarias" para permitir la circulación de mercancías peligrosas en los pasos.
Para los ecologistas, el desvío por la carretera nacional no es una opción, ya que supone un riesgo para El Molinar, al discurrir esta carretera junto al cauce, según han declarado, a través de un comunicado.
Los ecologistas han alegado, basándose en un estudio de la empresa GEA 21, que "en el río Molinar,..., a lo largo del tramo de cauce que corre por el Barranc de la Batalla, las calizas afloran a la superficie, sin que exista la capa protectora de margas y arcillas" y que "el acuífero carece de toda protección" en un tramo en que, además, "es extremadamente vulnerable a la contaminación". 
El grupo ha insistido en que "el trazado de una nueva carretera que atraviese zonas de vulnerabilidad para el abastecimiento debería tener en cuenta este tipo de riesgo que a lo mejor no se previó cuando se construyó la carretera antigua".
La Carrasca ha recordado que, cuando la normativa de seguridad en los túneles de carreteras se aprobó en 2006, con las obras ya iniciadas, el Ministerio de Fomento incorporó en los pasos del Barranc de la Batalla "determinadas instalaciones" en este sentido, como sistemas automáticos de detección de incidencias e incendios. 
Pero según La Carrasca, no se tuvieron en cuenta los vehículos con mercancías peligrosas.
El colectivo ha añadido que el desvío de este tipo de vehículos por la N-340 es un riesgo aún más "inaceptable" teniendo en cuenta el previsible aumento del tráfico por la A-7 al finalizarse las obras.
La situación se ha evidenciado en los últimos días con la colocación de las señales a las entradas de los túneles que obligan a desviar el tráfico de mercancías peligrosas. Por tanto, estos vehículos tendrán que seguir utilizando en el futuro la actual N-340, que surca las sinuosas curvas del Barranc de la Batalla, en tanto no se refuerce la seguridad en estos túneles.

La falta de seguridad impide que las mercancías peligrosas puedan utilizar los túneles de la autovía


M. R. GISBERT
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