13 oct 2011

Las claves de un sistema de gestión en prevención de riesgos laborales

Para el desarrollo de una buena gestión en materia de prevención de riesgos laborales en la empresa, hay que adoptar y asumir los siguientes aspectos claves, aplicables a cualquier empresa, incluso a las más pequeñas. Aunque la magnitud de de las acciones requeridas sean diferentes en función de su tamaño, de los riesgos de que presentan para sus actividades y de lo adecuado de los sistemas de prevención que tengan en funcionamiento.

Política preventiva de la empresa
Una buena política de prevención de riesgos laborales de la empresa debería reconocer la importancia de los recursos humanos. Los trabajadores deben ser considerados como el activo más importante de la misma.
La prevención de riesgos laborales aumenta el bienestar del empleado y produce una mejor predisposición hacia su tarea, lo que puede traducirse en una mayor satisfacción personal y por lo tanto en una mayor eficacia y rendimiento.
Reconocer que los incidentes, accidentes y enfermedades profesionales son originados por fallos en el sistema de gestión y no por fallos de los trabajadores es un muy buen ejercicio. A pesar de que la causa de un accidente puede parecer un fallo técnico-humano, la mayoría de estos sucesos no son originados por trabajadores descuidados sino por fallos en el sistema.
Por eso es interesante reconocer que en una empresa tienen lugar más incidentes que accidentes. Consecuencia de estos, según estudios (Pye Pearson) por un accidente fatal o lesión grave, se producen tres accidentes leves, con ausencia al trabajo, cincuenta lesiones que requieren un tratamiento de primeros auxilios, ochenta accidentes con daño a la propiedad y cuatrocientos incidentes sin daños ni lesiones.
Una buena política de prevención debe definir un buen sistema de control y revisión de riesgos, asignando para tal fin los medios necesarios.

Organización preventiva
Una buena organización en materia de prevención debe partir del conocimiento de la realidad de la empresa y de la necesaria colaboración de las personas o empresas actuantes para adecuar a la misma al mejor modelo preventivo.
Para su adecuada puesta en marcha, según lo que se recoge en el Plan de Seguridad que se halla elaborado, es necesario impulsar una cultura de prevención de riesgos laborales con la colaboración y responsabilidad de los miembros de la empresa.
La organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas se realizara por el empresario, con arreglo de las siguientes modalidades:
*Asumiendo personalmente cada actividad.
*Designando a uno o varios trabajadores para llevarla a cabo.
*Constituyendo un servicio de prevención propio.
*Recurriendo a un servicio de prevención externo
*O una combinación de todos estos.

Planificación e implementación de la prevención
Una planificación eficaz de la prevención debe desarrollarse a través de la identificación, evaluación, eliminación y control de riesgos. Por lo tanto, el análisis de riesgos debe cumplir todas las situaciones que en potencia deben ser causa de accidentes, lesiones, enfermedades profesionales o perdidas en bienes y/o equipos.
Una buena planificación implica el establecimiento entre otras, de las siguientes fases:
1.- Identificación y evaluación de riesgos: Desde el primer momento en que se diseña un trabajo hay que detectar y valorar todos aquellos riesgos que puedan ser causa potencial de un daño, teniendo muy en cuenta la gravedad del peligro y la probabilidad de que ocurra. La evaluación de riesgos deberá ser llevada a cabo por personas capacitadas.
2.- Control de riesgos: Poniendo las medidas correctoras que se hallan deducido de la evaluación para eliminar o controlar los riesgos de acuerdo con los requisitos legales que establecen los niveles mínimos de prevención y control.
3.- Implantación y mantenimiento: Estableciendo procedimientos y asegurándose de que son eficaces y positivas, mediante la inspección, mantenimiento y comprobación de su funcionamiento.
4.- Valoración de actuaciones: Estableciendo los parámetros que permiten comprobar la eficacia y efectividad de las medidas aplicadas. Estas medidas se realizaran primordialmente mediante la puesta en marcha de sistemas de observación del trabajo, inspecciones sistemáticas de locales, equipos e instalaciones, así como la investigación y seguimiento de incidentes, accidentes y enfermedades profesionales.
En todos los casos resulta imprescindible la motivación de los trabajadores y la consulta y participación activa de los mismos, potenciando los comportamientos de trabajo seguro.
También es importante que los objetivos que se planifiquen estén acompañados por metas específicas que se pueden alcanzar en un determinado lapso de tiempo.

Análisis de los controles
Permanentemente debe revisarse internamente el sistema y siempre que se de un fallo en el mismo, por ejemplo un accidente o se produzcan modificaciones en el lugar de trabajo como cambio de maquinarias.
El análisis de los controles definitivos en las fases anteriores debe servir para introducir conexiones que generen mejoras en el sistema de prevención de la empresa.
Toda esta información debe quedar documentada, yendo más allá de lo estrictamente exigido por la ley de Prevención de Riesgos Laborales.


Por Ing.Claudio Darío Décima


 
(*) Ingeniero Industrial - Especialista en Higiene y Seguridad; Docente de la UTN - Tecnicatura Superior en Higiene y Seguridad; Consultor de empresas en materia de Seguridad Industrial; Mina Alumbrera - Planificación de Mantenimiento y Mecánico de Mina.



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